Este artículo reúne las voces de un grupo de adultos mayores, alumnos y alumnas de Andrea de la Fuente, que nos recomiendan películas que remiten a nuestra memoria colectiva. Estas voces epistolares reunidas revalorizan la circulación del cine argentino, las aulas de la educación pública y nuestro grito zurcido entre todas nuestras voces: Nunca Más.
por Andrea de la Fuente
Todo está clavado en la memoria.
León Gieco
A comienzos de marzo les escribí a ellos, un grupo de adultos mayores que formaron parte de una serie de encuentros sobre cine y literatura que brindamos en la Facultad de Filosofía y Letras. De un tiempo a esta parte trabajo con ellos, el grupo se expande: algunos vuelven, otros vienen por primera vez, a veces son los mismos de siempre, a veces se vuelven amigos, a veces ya no pueden volver pero están presentes en las palabras y en las imágenes.
La propuesta era simple, les pedí que recomienden una película para ver este 24 de marzo. Pero ellos no responden encuestas, escriben cartas. Comparto sus voces con ustedes.
Infancia clandestina (Benjamín Ávila, 2012)
“Una película que me llego mucho fue Infancia clandestina porque viví muy de cerca no solo la época sino también la situación familiar. Tengo a mis dos cuñados desaparecidos por su militancia universitaria, y debimos instruir a nuestras hijas pequeñas entonces, para que no hablaran en el colegio ni con amigas de nuestra militancia familiar. La puedo relacionar con el libro La casa de los conejos de Laura Alcoba que narra la historia de una niña durante la dictadura.
Mis cuñados desaparecidos están en la bandera que llevamos todos los 24. Eran Rita y Ronnie Eroles de 22 y 24 años estudiantes de Derecho y de Medicina. A pesar de mis 80 años sigo militando por el Nunca Más y veo con orgullo a hijos y nietos levantando las mismas banderas”.
(Ada Eroles)
Iris también recuerda Infancia clandestina, me cuenta que la vio con Mario en el cine. Coincide además en la asociación de esta película de Benjamín Ávila con la novela de Laura Alcoba, como Ada. No conozco a Mario pero me interesa con quiénes y dónde vemos las películas que recordamos.
Rosana me señala que también elegimos ver películas solos: “La peli la vi en los cines de Lavalle, cuando Lavalle daba placer y no espanto como ahora. Fui sola, muchas veces he ido sola al cine.”
Águeda señala acerca de La larga noche de Francisco Sanctis (2016): “Cuando se estrenó la película no fui a verla al cine porque me resulta muy doloroso el tema y hubo momentos en los que no me sentía con fuerzas para volver a revisar esos años terribles de la dictadura (yo tenía 24 años y acababa de casarme en el 76). Sin embargo, luego la busqué y la vi por internet”.
La historia oficial (Luis Puenzo, 1985)
La historia oficial es una de las más elegidas, junto a Argentina, 1985, porque “nos dio un reconocimiento internacional de los hechos, un Oscar a un filme”, afirma Rosana.
“La vi en el cine con el regreso de la democracia con mi novio y al terminar recuerdo a todo el público aplaudiendo de pie con entusiasmo y alegría. La vuelvo a ver, varias veces, cuando la pasa la TV”.
(Susana)
“La vi en Pinamar con una prima quien aún tiene una casa en Valeria del Mar donde pasa sus vacaciones y nos trasladamos desde allí. Fue en 1985”.
(Ana)
“La vi en el cine con amigas en la época en que se estrenó (yo tenía 29 años). Más tarde la volví a ver en televisión”.
(Anónimo)
“En la TV Pública”.
(Susana)
Argentina, 1985 (Santiago Mitre, 2022)
“Yo elijo ‘Argentina, 1985’ porque nos da la posibilidad de hablar, debatir con los jóvenes sobre esa época tan oscura y especialmente en estos momentos que se quiere reivindicar a los genocidas y negar los y las desaparecidos. La vi a los 10 días del estreno con un grupo de amigas muy queridas”.
(Isabel Vázquez)
“La película que recomiendo es 1985, porque, si bien le han faltado algunas cosas del juicio a las juntas militares, me parece que en el actual contexto de nuestro país, con el negacionismo gubernamental, es importante reafirmar que lo que hizo la última dictadura militar fue un genocidio, con la tortura y la desaparición de personas. Y mostrar una vez más lo que pasó, que son 30.000 y que debemos seguir levantando las banderas de Memoria Verdad y Justicia. La vi el año pasado con mi compañera Gabriela, en el cine. La relaciono con el libro El juicio que no se vio de Pablo Llonto. Y un librito que leí hace muchísimo tiempo, de Julio Cortazar, Argentina: Años de alambradas culturales de 1984. En ese texto y en contestación a los militares que llamaban locas a las Madres de Plaza de Mayo, Cortázar, escribe "Nuevo Elogio de la locura".
(Gustavo Oreste Gallo)
“Haberla visto me hizo tomar conciencia de lo que significó la tarea de recolección de testimonios que además luego pudieran ser transformados en pruebas aceptadas para iniciar y desarrollar el juicio. Y creo que ese fue su gran aporte. Nunca había pensado en ese aspecto, a pesar de que para mi generación el juicio a las Juntas fue un hecho vivido en forma directa. No fui testigo pero sí tuve la oportunidad de ir a una de las audiencias. Toda esa tarea hecha en un lapso muy breve (para lo que normalmente insumen esos procedimientos), que implicó las dificultad "natural" de convencer a los potenciales testigos, quiénes debían enfrentarse a su vez con el miedo y el pánico de que tal vez fueran objeto de venganzas, los hechos todavía estaban muy frescos.
La vi en el Cine Gaumont (ahora q lo nombro me viene un hondo dolor por los anuncios brutales del gobierno referidos a su privatización, el Gaumont es una parte mía). Fui con mi pareja y un grupo de conocidos de él. La vimos muy cerca de la fecha del estreno”.
(Marta Bellardi)
“La vi en el cine con mi expareja en su estreno y había un clima totalmente conmovedor en la sala.”
(Ester)
“La vi en el cine con mi esposo. También aplaudió el público al concluir, pero se escuchaban comentarios mientras salíamos de la sala, sobre lo poco que se resaltó la figura de Alfonsín.”
(Susana)
Hay unos tipos abajo (Rafael Filipelli, Emilio Alfaro, Andrés Di Tella y Julio Karp, 1985)
“En Hay unos tipos abajo destaco el clima imperante en esa época: la persecución, lo amenazante, el miedo, la libertad enjaulada, la paranoia, la opresión, lo siniestro versus el Mundial ´78.
Dos Argentinas que se tocaban tangencialmente. La vi en la TV, supongo fines de los ´80, sola. La relaciono con el cuento “Casa tomada” de Julio Cortázar por lo delirante de sentirse amenazado”.
(Silvia)
La Patagonia rebelde (Héctor Olivera, 1974)
“Recomiendo La Patagonia rebelde basada en el libro de Osvaldo Bayer Los vengadores de la patagonia trágica. La elijo porque mataron a cerca de 1500 obreros; crímenes que quedaron impunes. Además porque fui sindicalista y participé como subdelegado en El Choconazo. Fue una huelga que realizamos en febrero - marzo de 1970 en la construcción de la central El Chocón. Nos derrotaron. La vi en cine y televisión.”
(Armando)
Un Muro de Silencio (Lita Stantic, 1993)
Un muro de silencio es especialmente despojada y me fascinó cómo muestra el intento que hace el personaje de Vanessa Redgrave por entender. Entender la Argentina, el peronismo, la dictadura. Entender. A lo mejor me afectó especialmente porque muchas veces me tocó tratar de explicarle esas mismas cosas a amigos y compañeros de trabajo extranjeros”.
(Lidia)
“La película narra la experiencia autobiográfica de perder un ser querido en manos de la represión y dificultades emocionales para procesar un dolor difícil de narrar y elaborar. La vi en Cineclub Núcleo, con amigos, seguro la exhibieron antes de la pandemia”.
(Haydee)
Sentimientos: Mirta, de Liniers a Estambul (Guillermo Saura, Jorge Coscia, 1987)
Mirta, de Liniers a Estambul me pareció muy interesante cómo trata el tema del exilio y el desarrollo de los personajes, especialmente, claro, el de Mirta. La vi cuando se estrenó, y después volví a verla un par de veces”.
(Lidia)
La deuda interna (Miguel Pereira, 1988)
“La vi con mi pareja en un cine del centro de Buenos Aires pero no recuerdo cuál. No se me ocurre un poema específico pero sí nombres de figuras que han hecho una defensa de la Memoria y la Verdad. Juan Gelman... León Gieco... Las Madres y Abuelas...Pino Solanas...”
(Miriam)
Otras películas que fueron recordadas
La noche de los lápices (Héctor Olivera, 1986), Garage Olimpo (Marco Bechis, 1999), Perón, sinfonía del sentimiento (Leonardo Favio, 1999) y Los rubios (Albertina Carri, 2003).
Como dice Lidia, “nuestros días, los días venideros, efectivamente, son nublados, así que tendremos que sobrellevarlos de la mejor manera que podamos”. Rolando, siempre con el humor que lo caracteriza, fue el primero en responder al instante: “Yo diría que Batman, o Murciélago, porque nos gobierna el Joker o el Guasón”. Resistamos en Ciudad Gótica, entonces.
Estas voces epistolares reunidas remiten a nuestra memoria colectiva y revalorizan la circulación del cine argentino, las aulas de la educación pública y nuestro grito zurcido entre todas nuestras voces: Nunca Más.
ANDREA DE LA FUENTE
Andrea de la Fuente es Profesora en Letras (UBA).
Coordina talleres de formación para adultos mayores.
Cinéfila, se especializa en cine y literatura argentina.
Comments