Lily Galeano, miembro del Equipo de Monitoreo de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), asistió a la marcha del pasado 28 de agosto contra el ajuste a los jubilados, y se refirió al desmedido operativo policial. Señaló que fue un "antes y un después". No solo por la rabia uniformada, sino por el avance de la organización en las calles.
Lily Galeano es miembro fundadora de H.I.J.O.S. La Matanza. Su padre, Héctor Armando Galeano, fue desaparecido por la última dictadura militar. Es referente en la construcción y el desarrollo del Nicole, un emblemático barrio de aquel distrito por su historia de resistencia y organización popular. Actualmente integra el Equipo de Monitoreo de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM).
En calidad de observadora del Equipo, estuvo presente en la marcha que los jubilados realizaron el pasado miércoles 28 de agosto, y se refirió al desmedido operativo policial durante las protestas por mejoras en los haberes previsionales. En esta nota, hace una breve reflexión sobre la nueva postal que dejó la pedagogía de la crueldad motorizada desde el Estado:
"La represión contra los jubilados y jubiladas fue brutal. Se desató cuando comenzaban a marchar. Fue después del acto que habían realizado. Habían hablado diferentes organizaciones. Estaban manifestándose pacíficamente contra el anuncio del Gobierno de vetar el aumento de los jubilados.
La represión fue agresiva y violenta. Empujaron para abrir el paso e impedir que bajen a la calle cuando sabían bien que los jubilados marcharían hacia la Plaza de Mayo.
La lectura desde la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) es que la represión de las fuerzas de seguridad fue desproporcionada e ilegítima. Lo fue desde su implementación, con el protocolo antipiquetes. Lo fue por los golpes con tonfas y por los gases lacrimógenos.
Se rompieron protocolos, ya que vimos policías portando armas de fuego reglamentarias. Hubo 8 personas heridas.
Se va a hacer una presentación en la Cámara alta a partir del material recabado: fotos, videos y testimonios.
Desde la función que cumplimos, veo que esta fue la represión más violenta por todo lo que usaron: tiraron gases lacrimógenos directo a la boca y a los ojos. Lo hicieron con brutalidad.
Sin lugar a dudas, esto marcará un antes y después. Además de lo que significó la represión, en la que actuaron con vehemencia contra los jubilados y los reporteros gráficos, también lo será por la voluntad de lucha y el ejemplo de resistencia que se está dando en este contexto".
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